Tecnologías Exponenciales 101: 4 Ejemplos Para Entenderlas Mejor
¿Has notado lo rápido que evoluciona todo a nuestro alrededor? Nuestros teléfonos inteligentes ahora son más poderosos que las computadoras de guía de la misión Apollo 11. Incluso nuestro cargador USB-C tiene más poder tecnológico que las mejores computadoras utilizadas para enviar astronautas a la Luna algunas décadas atrás.
Aquellas tecnologías cuya adopción se está acelerando a través del tiempo, y con la capacidad de aumentar rápidamente en rendimiento, escalabilidad, y disminución de costos, se denominan Tecnologías Exponenciales.
Estoy segura que has escuchado hablar o incluso has utilizado algunas de estas tecnologías en tu día a día:
Inteligencia artificial (IA)
Realidad aumentada (AR) y realidad virtual (VR)
Robótica
Vehículos autónomos
Impresión 3D
Blockchain y criptomonedas
Ciencia de datos
Biología digital y biotecnología
Nanotecnología
Fabricación digital
El poder que nos otorgan las tecnologías exponenciales es que las podemos utilizar para abordar algunos de los mayores desafíos del mundo. Problemas que venimos experimentando desde hace décadas y que no hemos podido resolver de forma definitiva o de forma completa, hasta ahora.
Descubrí el potencial de las tecnologías exponenciales en Silicon Valley en el 2011, cuando me di cuenta de que la tecnología, como sistema, podía ser mejor y más rápida que la política creando cambio masivo y penetrando todos los rincones del mundo. Fue entonces cuando di un “salto abismal” (leapfrog, en lenguaje de Silicon Valley) y co-fundé Matternet, la empresa pionera detrás de la creación de los primeros sistemas de drones para transporte, que podrían permitirnos “saltar” la construcción de calles y carreteras físicas y conectar el mundo entero a través de “carreteras virtuales” y vehículos aéreos autónomos.
En 2014 y 2016 nos asociamos con Ministerios de Salud, con la organización Médicos Sin Fronteras (galardonada con el premio Nobel de la Paz) y con UNICEF, para trasladar artículos de salud críticos en Bután, Papúa Nueva Guinea y Malawi, usando drones de transporte. Específicamente en Malawi, realizamos pruebas piloto para resolver el desafío logístico de entregar antirretrovirales y combatir la incidencia del VIH/SIDA en los distritos rurales de difícil acceso.
Esta inquietud inicial de saltar la construcción de infraestructura y conectar el mundo me llevó a una de las realizaciones más asombrosas que tuve en mis primeros días como emprendedora: Que podíamos no solo conectar a las comunidades aisladas, sino también traer al mercado a más de mil millones de personas que se mantenían como consumidores sin explorar y que estaban desconectados de la economía global.
Estas personas requerían y merecían acceso a los mismos bienes y servicios de calidad a los que tú y yo tenemos acceso, y a lo mejor nunca pensaron que una vida mejor era posible para ellos, o que merecían una vida digna con acceso a lo básico.
Fue entonces cuando descubrí mi poder para crear cambio, y que finalmente, yo era la responsable de crear la realidad que quería ver en el mundo.
De repente, no solo quería saltar los sistemas de infraestructura obsoletos. Empecé a querer saltar también los sistemas de salud precarios, la política educativa ineficiente y todo lo que no estaba funcionando en el mundo. Lo más abrumador es que comencé a sentir una gran urgencia de trascender los sistemas de toma de decisiones públicas y gubernamentales, lo que me llevó de regreso a mi primera pasión (los gobiernos), y a mi nuevo moonshot (Glass).
Aunque vengo de un campo profesional sin expertise tecnológico como abogada y especialista en contrataciones públicas, trabajar en la intersección de tecnologías exponenciales y sistemas digitales me ha permitido adentrarme y crecer en el sector tecnológico, y me ha brindado una forma de crear cambio masivo y positivo, hoy.
Al igual que yo, cualquiera puede aprender sobre tecnologías exponenciales y aprovecharlas para avanzar sus proyectos y crear soluciones más eficaces.
Aquí te comparto cuatro ejemplos de cómo algunas organizaciones están aprovechando las tecnologías exponenciales para avanzar a la humanidad:
Skysource, una startup que está creando agua a partir de “aire ligero” para suplir comunidades que no tienen acceso a agua limpia y fresca. El equipo de Skysource desarrolló un generador de agua de gran volumen que se puede utilizar en cualquier clima y extrae un mínimo de 2,000 litros de agua de la atmósfera por día, utilizando energía 100% renovable.
Kitkit School y OneBillion, dos nuevas empresas que desarrollaron un software de código abierto para niños sin acceso a la educación, quienes ahora tienen la oportunidad de aprender por sí mismos lectura básica, escritura y aritmética en 15 meses.
Impossible Foods, una empresa radicada en Silicon Valley que desarrolla sustitutos vegetales para productos cárnicos. Gracias a la biología sintética, crean productos que ayudan a reducir el cambio climático y a detener el colapso global de la biodiversidad.
ICON, una compañía tecnológica que utiliza software e impresión 3D para resolver deficiencias en la industria de la construcción. Con la habilidad de producir viviendas un 50% más baratas que con el proceso de construcción convencional, esta compañía está facilitando el acceso a viviendas dignas a 50 familias del sur de México, en lo que sería una de las primeras comunidades impresas en 3D del mundo.
Lo que solía estar solo en manos de gobiernos y grandes corporaciones, ahora son conocimientos, herramientas y capacidades a las que todos tenemos acceso a través de las tecnologías exponenciales. Personas como tú y como yo podemos usarlas para crear mejores soluciones globales y para dejar atrás sistemas y procesos que ya no nos sirven como sociedad.
Y creo firmemente que podemos beneficiarnos del poder transformador de las tecnologías exponenciales y hacer que funcionen para “el resto de nosotros”, para la mayoría y no solo para unos cuantos.
Comparte lo que piensas conmigo: ¿Cuál tecnología exponencial podrías usar ahora mismo para desarrollar tu idea o aumentar su impacto en el mundo?
Stay hungry,
Paola