Glass: El Camino Hacia Nuevos Modelos De Gobernanza

 

El comienzo: En búsqueda del futuro de los sistemas políticos

A la edad de 24 años me encontraba en Washington, D.C., la capital política del mundo, tratando de descubrir cuál podría ser el futuro de los sistemas políticos y de los gobiernos. Obtuve una beca Fulbright para ir tras esa respuesta, y me encontré con una pared. 

Hoy, mirando hacia atrás, puedo reflexionar de una manera más amplia sobre los sistemas en los que me estaba desenvolviendo, y a través de los cuales estaba buscando respuestas. El derecho y la política, como sistemas con reglas diseñadas y establecidas hace bastante tiempo, generalmente apoyan el status quo y la forma en la que las cosas se han estado haciendo. Esto nos permite estudiar y entender cómo y de dónde surgen algunas reglas y mecanismos sociales y económicos que rigen nuestra sociedad, pero no necesariamente nos traza una trayectoria de hacia dónde vamos, o hacia dónde queremos ir, juntos.

Cuando un gobierno decide no construir un hospital necesario para una comunidad, no abordar la corrupción en su administración pública, no prestar atención a lo que es importante porque no tiene un incentivo económico para hacerlo, o porque los afectados, nosotros, solo tenemos voz una vez cada 4 o 5 años durante los procesos de elecciones, ¿Qué hacemos al respecto? Cuando un sistema no cumple su único propósito, ¿Por qué debe seguir existiendo? 

Estas preguntas me llevaron a pensar que la política, tal vez, no era el sistema para traer un cambio masivo que alcanzara a todo el mundo… que tal vez sería otro sistema el que permitiría que ese cambio fuera realidad. 

Primer descubrimiento

Me embarqué en una búsqueda exhaustiva para averiguar si la tecnología, como sistema y conjunto de herramientas y metodologías, era mejor y más rápida que la política para crear estos cambios globales tan necesarios. 

Quería saber si la tecnología podía crear más oportunidades, eludir las estructuras políticas, religiosas e ideológicas heredadas de otras sociedades y otros tiempos, y crear un atajo. Si la tecnología podía funcionar para lo que yo llamo “el resto de nosotros”, es decir, para la mayoría y no solo para unos cuantos. 

Es en este momento de búsqueda que descubro el poder de las tecnologías exponenciales en Sillicon Valley y me lanzo a co-fundar Matternet, la startup pionera en el desarrollo y fabricación de drones autónomos para transporte. 

Con Matternet, las posibilidades eran infinitas. Estábamos construyendo lo que muchos sistemas políticos, gobiernos y políticas públicas habían intentado hacer, que es crear cambio positivo, a una escala inimaginable, y para todos.

Por primera vez en mi vida, descubrí mi poder para crear. No tuve que pedir permiso, esperar las aprobaciones del Congreso o protestar contra el gobierno para que hiciera algo tan crítico como construir infraestructura terrestre para conectar a sus barrios y zonas aisladas con los centros económicos y de salud. ¡Y esto me cambió para siempre! No solo quería “saltar” carreteras con Matternet, quería más proyectos y oportunidades que llegaran a todos, al "resto de nosotros”.

Este sentimiento me llevó a conectar con mi primera pasión y a descubrir mi último moonshot, en el que he estado trabajando desde finales del 2017.

Nuevo moonshot

Mi nuevo moonshot consiste en crear sistemas y estructuras de gobierno que sean innovadoras y que funcionen para nuestras sociedades del siglo XXI, porque lo mejor que tenemos hoy (democracias representativas, procesos de toma de decisiones reactivos y mecanismos para hacer que nuestros gobiernos rindan cuentas al final de cada año), no está dando los resultados que necesitamos para progresar. 

Necesitamos soluciones a corto plazo, lo suficientemente poderosas para que ayuden a los gobiernos a ver lo que están haciendo bien o mal hoy, y que les permitan tomar medidas inmediatas para autocorregirse cada vez sea necesario, en tiempo real.

Escalar estas soluciones a corto plazo, en diferentes agencias gubernamentales, de diferentes países y sistemas políticos, nos permitirá ver y exponer lo que yo llamo "datos duros gubernamentales", que abarcan cifras objetivas y de alta fidelidad para entender patrones, tendencias y ciclos en la gestión pública.

En respuesta a estas necesidades a corto plazo, nace Glass, una startup del sector GovTech en el cual estamos desarrollando un ecosistema de software impulsado por Inteligencia Artificial para digitalizar, agilizar y escalar los buenos procesos gubernamentales y la toma de decisiones, y ayudarlos a transformarse en entidades de alto rendimiento.

Estamos construyendo un ecosistema para gobiernos porque, como en cualquier contexto real o simulado, las estructuras institucionales, las leyes, sus mecanismos, sus planes de ejecución, y las personas encargadas de implementarlos, funcionan mejor cuando están interconectadas de una manera fluida y continua. De este modo, nuestros ecosistemas de software permiten a los usuarios gubernamentales conectarse con las herramientas y la información que necesitan de una manera constante, optimizada y amigable. 

Al enfocarnos en desarrollar un ecosistema exclusivo y seguro, estamos creando un entorno flexible, escalable y simple para que los tomadores de decisiones que operan el gobierno realicen su trabajo con mayor impacto. La agilidad que promovemos en la toma de decisiones complejas y la experimentación continua a nivel interno que habilitamos, hacen que los sistemas de gestión pública que nos adoptan se conviertan en anti-frágiles y muestren mejor desempeño. 

Impulsando la industria de GovTech

La ineficiencia de algunos sistemas gubernamentales al administrar el sector público provoca que no podamos acceder de manera confiable y oportuna a los servicios básicos de los que dependemos a diario.

En aproximadamente el 80% del mundo, estos servicios no funcionan, funcionan con intermitencia o no llegan a todas las personas que los requieren.

Desde un punto de vista que engloba la madurez de una industria, y por ende, las políticas públicas, incentivos y herramientas que se han desarrollado para impulsar la misma, la industria de desarrollo de software empresarial está bien establecida, en comparación con otras industrias, y muy especialmente, con la industria de GovTech.

Posee un mercado sólido y en expansión, con actores que articulan lo que necesitan con rapidez y pagan por esas soluciones (las empresas), y con otros actores que están dispuestos a construir esas soluciones (las startups) porque saben que son necesarias, que serán consumidas de forma escalable, y que tendrán acceso a capital (inversionistas con capital de riesgo) para comprar el tiempo y los recursos requeridos para lanzar y refinar estas herramientas, hasta que logren “dar en el clavo” (o “nail it”, como decimos en Silicon Valley).

Aquí sabemos que las soluciones no son obvias hasta que alguien se lanza a buscar respuestas y a poner las piezas juntas. Que las industrias no existen hasta que una masa crítica de personas, organizaciones y capital convergen para sacarlas al mercado. Y que un mercado no será rentable ni escalable hasta que no haya organizaciones que tengan un alto sentido de urgencia para encontrar modelos de negocios sostenibles, que les permitan ejecutar una visión más amplia (lo que llamamos “Moonshots”) en el largo plazo.

Todo esto es necesario para que, tras mucha prueba y error, y mucho capital de inversión, unas cuantas organizaciones finalmente logren “nail it”, alcanzando crear algo a lo que todo startup aspira: Un producto o solución que defina o re-defina una categoría completa.

Pongo de ejemplo el iPhone, que no fue el primer smartphone pero definió como los smartphones de adopción masiva se ven y operan. Este no fue el primer producto de Apple y tampoco fue su primer experimento. El primer iPhone fue lanzado en el 2007, luego de dos años de diseño y desarrollo, cuando la compañía ya tenía 36 años operando.

Para “dar en el clavo” creando soluciones de GovTech que sean completas y escalables, necesitamos lanzar propiamente la industria tecnológica gubernamental, y facilitarle todos los recursos, tiempo y elementos que sabemos son esenciales para que una industria pueda enraizarse y crecer de manera exponencial. 

Los gobiernos actuales utilizan numerosas herramientas de software individual, cuyas interfaces y experiencias de usuario no fueron pensadas para clientes gubernamentales, que fueron correctamente diseñadas para el sector privado, y luego re-empaquetadas para venderlas a un cliente más complejo y volátil. Estas soluciones de software tampoco se comunican entre sí, y operan como productos independientes que requieren altos niveles de entrenamiento para ser utilizados.

Esto explica que los empleados del gobierno no quieran adoptar nuevas herramientas tecnológicas de manera orgánica, pues la curva de aprendizaje y entrenamiento es significativamente abrumadora, y que tampoco puedan aprovechar y analizar la inmensa cantidad de datos que generan sus departamentos, inhibiendo su capacidad para tomar decisiones complejas, basadas en datos, en tiempo real.

¿Por qué Glass, y por qué iniciar con Glass Commerce?

En Glass, creemos que el camino hacia mejores estructuras de gobierno está en proporcionarles a los colaboradores públicos, herramientas poderosas y simples que les permitan ejecutar sus tareas de manera acelerada y generar un impacto mayor con el trabajo que realizan. 

Al crear un ecosistema con herramientas de software que ayudan en la ejecución e integración de funciones gubernamentales críticas, podemos analizar las operaciones gubernamentales actuales, recomendar oportunidades de optimización en tiempo real, y replicar esas recomendaciones en cada departamento o institución pública donde se realicen operaciones similares, maximizando los esfuerzos individuales para transformarlos en prácticas sostenibles con mejores resultados colectivos.

Cuando se habla de gobierno, el uso del dinero público es determinante. Cómo y dónde se gasta ese dinero, deriva en resultados tangibles o esfuerzos insignificantes. 


El dinero público es nuestro poder público, y nos permite exigir el cumplimiento de los proyectos considerados fundamentales para nuestras sociedades. Por esta razón, la primera herramienta del ecosistema de Glass (Glass Commerce) está enfocada en ayudar a los servidores públicos a invertir el dinero público de una mejor manera, y a colocarlo estratégicamente en las organizaciones locales, nacionales o internacionales que puedan avanzar las objetivos específicos de cada gestión, de una manera confiable. 

Tenemos una gran visión para transformar a los gobiernos, y tú eres una pieza clave en este rompecabezas. Los gobiernos te impactan a diario, y puede que actualmente disfrutes de algunos servicios públicos y te sientas frustrado por otros. 

Tal vez eres un empleado del gobierno que tiene buenas ideas para mejorar un proceso de tu departamento, o eres una mujer u hombre de negocios cuya organización provee herramientas tecnológicas que podrían ser aplicables al sector público.

Quizás seas ejecutiva de una organización sin fines de lucro, deseosa de servir mejor a tu comunidad y de compartir buenas prácticas sobre cómo has abordado desafíos locales, que pueden ser de beneficio para los gobiernos.

Seas quien seas, estés donde estés, quiero conocer tus ideas sobre cómo visualizas el uso de la tecnología para mejorar nuestros gobiernos ¡Contáctame y conversemos! 

Sigamos soñando juntos,
Paola








 
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